Fran & Chris.

Con el paso de los años uno aprende que hay cosas que vienen y van, que el tiempo pasa y que no lo podemos detener. Conforme pasan los años aprendemos que el significado de la vida está en el amor, el amor por nosotros mismos, el cual es el más importante, el amor por los demás, el amor por la vida misma… A veces olvidamos lo privilegiado que somos de estar vivos y no nos damos cuenta del poder tan grande que tenemos para cambiar vidas, para enseñar a otros…

Soy muy privilegiado de ser fotógrafo de emociones y no es casualidad  que lo sea, así tenía que ser dentro del propósito de mi vida y soy feliz. Saber que las personas tendrán un recuerdo para toda la vida me llena de emoción.

Fran y Chris, como muchos que han confiado en mi, me han hecho crecer, me han enseñado ese sentido del amor, que trasciende el tiempo, la verdad y lo físico. Llenarme de ese sentimiento me hace fuerte, sensible y con un corazón más grande, para ofrecerlo a los demás.

Estoy seguro que mientras existan personas que amen lo que hacen, el mundo será mejor. Yo por mi parte, me comprometo a dar lo mejor de mi, no solo como fotógrafo, sino como persona, como hijo, como hermano, como tío… porque hay mucho que hacer por este mundo.

Gracias chicos por ser la inspiración de mi trabajo, algo que va más allá de un precio o un tiempo, gracias porque cada día supero nuevos obstáculos y me acerco más a Dios.

Quiero agradecerle a Tania de Sweet Events y a las otras chicas, quienes han confiado en mi, no solo como fotógrafo, sino como una persona. Soy feliz con ellas.

Lugar: Hacienda Villa Hermosa

Segundo fotógrafo: Eddie Castillo.

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